Cuando tenía unos doce años casi me ahogué en la mar. Estaba nadando
bastante alejado de la playa, vi algo debajo de mi que parecia un marrajo (tiburón)
Empecé a nadar como loco y a toda velocidad. El pez me seguía.
Cuando llegué, agotado, a la orilla descubrí que el pez asesino era mi
propia sombra reflejada en la arena del fondo.
Gran aprendizaje.
1 comentario:
si señó, gran lección asesinomarrajera ;-) saludos y salud en el aprendizaje de la vida.. que no lifelong learning ;-)
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